Dicho campo de juego, totalmente desprovisto de instalaciones fijas, salvo una pequeña canilla proveedora de agua, comenzaba luego de atravesar una pequeña zanja, que lo separaba, paralelamente, de las múltiples líneas de rieles. Recibió aquel nombre, pues al excavarse el
Canal, la tierra que se extrajo se utilizó para sobreelevar el terreno de toda la zona, no sólo en aquélla parte, pues todo era de carácter anegadizo y pantanoso.
También llamábamos a ese espacio, “el potrerito”. Era un punto de reunión permanente para los chicos del barrio, donde se sucedían los partidos, casi en horario continuado.
Cerca de dicha “cancha”, estaba la vivienda de...
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